Incompatibilidad entre personas o grupos, mediante los cuales se afirman o perciben intereses, valores o aspiraciones contrarias. Los conflictos forman parte del libre juego de las diferencias humanas. Nunca son barreras insuperables. Los elementos que intervienen en un conflicto son las personas, el proceso y el problema o diferencias. El conflicto es independiente de la manera de resolverlo. En la educación para la paz se aprende a manejar los conflictos de una manera no violenta. No se aprende a inhibir, evadir o ignorar los conflictos, ni a la obediencia, la pasividad o el conformismo, por el contrario, es una educación para la acción práctica, crítica y propositiva, estimulando siempre formas positivas de resolución. Resolver los conflictos tiene tres condiciones básicas: aclarar las percepciones de las partes implicadas, aceptar entre las partes que se piense, se elija o se adopten opciones distintas y llegar a un acuerdo para buscar juntas diferentes alternativas de solución, de forma positiva y creativa. Los métodos que se usan generalmente están basados en el aprendizaje por la experiencia, generando autoafirmación, confianza, decisión propia y refuerzo de sentimientos de pertenencia y seguridad.