Principio de los derechos electorales, enfocado en garantizar el secreto del voto y la plena libertad en el acto de votación, de tal modo que ningún elector pueda ser objeto de interferencias, injerencias, presiones o influencias indebidas, por parte de partidos contendores o por agentes y representantes del Estado. Este principio también está ligado con el libre flujo, equilibrio y acceso a información durante el proceso electoral.