La vigencia de los derechos humanos y la libertad para exigirlos y defenderlos son elementos básicos de una democracia, aun cuando ningún país democrático pueda decir hasta ahora que los cumpla cabalmente. Cuando la democracia se pierde, los derechos humanos sufren graves retrocesos.
Como lo narra Roberto Garretón: «Muchos (…) asumimos la lucha por los derechos humanos el día que perdimos la democracia. Fueron días en que cayeron algunos conceptos que estaban muy en boga, como la crítica feroz a la ‘democracia formal’ o la ‘democracia burguesa’. Cuando la perdimos y llegó la dictadura real y comenzaron a matarnos, hacernos desaparecer y torturarnos, nos dimos cuenta de que, formal y todo, nos era absolutamente indispensable»- Manual de Derechos Humanos (UCV).
Dice la ONU: «…la democracia proporciona el medio natural para la protección y la realización efectiva de los derechos humanos…” –La Democracia y los Derechos Humanos (ONU). Por un lado, en democracia, la autoridad pública tiene como mandato la voluntad del pueblo –Declaración Universal de los Derechos Humanos. Por otro lado, los derechos humanos hacen posible que en una democracia las personas se reconozcan mutuamente como libres e iguales en sus posibilidades de comunicación política y de participación en los asuntos públicos, siendo ello la fuente de legitimidad y de límites al poder político, y garantía para mantener abierto “el proceso de auto-creación social” – El Derecho a tener Derechos (Pérez Campos).
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